Por el aire, el deseo

El blanco -decía Malevich- es la verdadera representación del infinito. Así también, las obras abstractas reunidas en esta exposición nos adentran en un espacio sin límites. Portador de la armonía contemplativa del Tao, el gran vacío hace real a la existencia igual que las sombras dan significado al objeto. Sin duda esta dialéctica hegeliana de ausencias y presencias, de contrarios que se complementan, interesa de manera notable en estos trabajos recientes de Vicky Herreros.

La ingravidez de los cuerpos informes que a menudo flotan en el centro o a los lados de estas composiciones, causan cierto desconcierto al mismo tiempo que sirven de referente a la visión. Sin embargo, dentro de esa inmensidad inabarcable, la artista no prescinde de cierto naturalismo al detenerse en pintar las sombras que dichos elementos vitales proyectan sobre los espacios indefinidos, porque como dejó escrito Leonardo, “Ninguna materia puede ser inteligible sin sombra y luz”.

Extraído del texto de Amalia García Rubí

Nota de Prensa
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